El aluminio es, hoy por hoy y gracias a los avances que se han realizado con respecto a los tratamientos y acabados, el material más ventajoso en la construcción de perfiles de ventanas y cerramientos en general.
Tanto en las ventanas correderas como en las abatibles y en el resto de las variedades de ventanas, el aluminio puede presentarse en una gran variedad de acabados adecuándose al diseño de cada vivienda y habitación. Generalmente, los perfiles de ventana de aluminio son más estrechos que los de PVC y los de madera, lo que permite una entrada mayor de luz del exterior.
Por otro lado, a partir de los grandes avances tecnológicos y merced a su ligereza, el aluminio permite el ajuste rápido y simple a cualquier tipo de edificación, y responde a toda clase de requerimientos arquitectónicos. Asimismo, una vez colocados los cerramientos y las ventanas correderas de aluminio no necesitan mantenimiento, tampoco las practicables, ya que no captan la suciedad (gracias a los acabados lacados) como otros materiales.
Según diversos estudios efectuados, las ventanas correderas, así como las abatibles, las plegables, las oscilo paralelas o las oscilo batientes de aluminio, son las más resistentes a la humedad, al sol y a cualquier incidencia climática.
En cuanto a la seguridad, cabe mencionar que el aluminio no es inflamable ni desprende sustancias nocivas en caso de incendio. Por otra parte, es un material ecológico, reciclable, que no lesiona el medio ambiente, y además el coste energético que se invierte en su elaboración es muy bajo.
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